Nuestra parada de hoy la hacemos en una céntrica calle del casco antiguo de la ciudad. Cánovas del Castillo no siempre se llamó así y como es habitual en un alto porcentaje de nuestras calles, guarda entre sus muros interesantes trozos de la historia de Cádiz. Allá vamos.
Hubo un tiempo en que cuando los gaditanos querían referirse a Cánovas del Castillo la llamaban «Cruz de Juan Otañez«. Así se la conoció durante un tiempo a mitad del siglo XVII al que le siguieron nombres como «Ponton Juan de Vinte«, «Gitano Rico«, «Manurga» e incluso «Murguía«.
En 1855 Cádiz le rinde homenaje a un defensor de las libertades y los derechos de Aragón que murió, como tantos, decapitado. El susodicho respondía al nombre de Diego Fernández Heredia. De ahí que la calle se rebautizase bajo el nombre de Heredia
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